ANIMEROS. MEDIACIONES Y LUCHA DE SENSIBILIDADES EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO COLOMBIANO, por Juan Cárdenas

Marcos Ávila Forero
Marcos Ávila Forero, En Tarapoto, un manatí, 2011
1.

Son imágenes del noticiero. Un grupo de muchachos juega en el puente de una vía férrea que pasa sobre un río, en Fundación, Magdalena. Cuando el tren se aproxima haciendo sonar el silbato algunos de esos muchachos, los más pequeños o quizás los menos arriesgados, saltan desde el puente y caen al agua como pesos muertos. Otros, sin embargo, se quedan en mitad de la vía, se acuestan bocabajo entre los rieles y dejan que el tren, extrañamente hierático y orondo, pase por encima de sus cuerpos. Son segundos de angustia en los que no se aprecia muy bien lo que ha ocurrido. El truco de magia se consuma cuando el último vagón termina de cruzar y los muchachos se levantan indemnes, sonriendo. Dado que se trata de gente pobre, de piel oscura, el noticiero presenta  las  imágenes  no  como  una  muestra  de  excentricidad  o  como  un  deporte extremo, sino como un síntoma de barbarie, de atraso atávico y falta de educación. La noticia,  en  tanto  construcción  ideológica,  contrapone  los  comportamientos supuestamente salvajes e irracionales a una perspectiva externa que correspondería a la del televidente educado, urbano, blanqueado. Sigue leyendo

CECI N’EST PAS UNE ARCHIVE, por Jorge Blasco Gallardo

El verbo representar, no por tan usado últimamente deja de tener siglos de discusión: sea el propio término u otros en los que éste participa. Una buena parte de las intervenciones artísticas -a las que curiosamente se ha llamado «de archivo»- se ha dedicado a practicar este verbo: han representado archivos en el mejor de los casos, en otros han reproducido su “imagen”. No los han presentado, ni construido -aunque aparentemente si-, ni han partido de una realidad en que el archivo es total y todos somos archivo. No es esto una descalificación, representar es una forma riquísima de indagar, de poner en cuestión, de arrojar luz sobre un problema. Representar es pensar, ensayar sobre una cuestión. Sin embargo, esta tendencia mayoritaria a representar y reproducir «el archivo» o diferentes archivos conlleva sus responsabilidades, y de irresponsabilidades el arte del siglo XX ya sabe mucho. Llevamos al menos una década utilizando cómodamente el término “archivo” para diferentes variaciones y tratamientos. Tal es la cantidad de usos que se le ha dado que se ha convertido en un término de salón de té donde cómodamente se habla desde la vista del teórico y artista que mira algo altivo a los demás y convierte en conceptos poéticos, o en metáforas, aquello con lo que otros, los archiveros, trabajan. Más que de archivos deberíamos haber hablado en todo este tiempo de “gestos o maneras de archivo”, gestos que, en un nivel u otro de las actuaciones humanas, hacemos todos. Sigue leyendo