CERVANTES, TORTURADO, por Juan Albarrán

huesos cervantes

El pasado martes 17 de marzo, después de varios meses de investigaciones, el reputado antropólogo forense Francisco Etxeberría anunciaba en una multitudinaria rueda de prensa celebrada en el Ayuntamiento de Madrid que su equipo había encontrado los restos de Miguel de Cervantes —entre los de otros diecisiete cuerpos— en una cripta del convento de las Trinitarias. Ana Botella, después de afirmar que se trataba de “un día muy importante para España y nuestra cultura”, dejó claro que habría “dinero” para continuar con el proyecto cervantino. La voz de Etxeberría recibía los aplausos de los asistentes al acto, que estallaron de alegría al escuchar los argumentos de una autoridad científicamente cauta. Varios escritores y académicos, desde Francisco Rico a Caballero Bonald pasando por Andrés Trapiello, han relativizado la importancia del hallazgo e, incluso, han mostrado su temor ante una probable espectacularización del mismo, con el consiguiente intento por rentabilizar turística y políticamente los restos de un escritor poco leído y maltratado en su patria. La apisonadora mediático-electoral de la marca España amenaza con reducir los restos del genio a unos llaveros en forma de huesecillo con los que seducir al turista que se acerque por el Barrio de las Letras. Sigue leyendo